Escribo esto porque siento la necesidad de expresarme. Las últimas semanas han sido un viaje lleno de ideas. De alguna manera, escribir esto me ayuda a organizarlas.
Cambiar de trabajo puede ser emocionante, energizante y estar lleno de posibilidades. Sin embargo, también puede ser desorientador, agotador y emocionalmente desafiante, especialmente durante las primeras semanas. Ya sea que estés asumiendo un puesto más importante, cambiando de sector o simplemente buscando un nuevo comienzo, los primeros días de un nuevo trabajo pueden ser complicados incluso para los profesionales más seguros.
En este artículo, me gustaría explorar qué sucede cuando pasas de ser una figura reconocida y respetada en tu trabajo anterior a ser la “nueva persona”. Abordaremos cómo navegar los altibajos emocionales, superar la curva de aprendizaje y cómo empezar a sentar las bases desde el primer día.
Pasar de ser «conocido y confiable» a «empezar de cero»
En tu trabajo anterior, te habías forjado una sólida reputación. Eras la persona a la que recurrían para obtener respuestas, tu trabajo hablaba por sí solo y tu jefe confiaba en ti. Tus compañeros valoraban tus opiniones y probablemente sabías cómo hacer las cosas con el mínimo conflicto. En resumen, tenías credibilidad, y eso te hacía sentir bien.
Luego, cambiaste de trabajo.
Ahora, estás de vuelta al comienzo. La gente no conoce tu trayectoria, tus habilidades ni tu carácter. Estás aprendiendo nombres, adaptándote a una nueva cultura y quizás intentando evitar hacer demasiadas preguntas o las equivocadas (eso depende del carácter). Puede parecer que tu reputación profesional se ha desvanecido de la noche a la mañana.
Este «reinicio» es profundamente personal. Muchos profesionales pueden sentirse frustrados, inseguros o incluso perdidos al principio de un nuevo trabajo, especialmente si eran muy productivos en sus puestos anteriores. Esa sensación de identidad, de ser capaz y tener el control, desaparece de repente.
Pero la verdad es que esto es normal. Todos pasamos por ello. No estás empezando desde cero; simplemente estás ganándote la confianza en un nuevo entorno, con gente nueva. Y eso, me temo, lleva tiempo.
No se trata solo de emociones, sino de complejidad.
Sí, empezar un nuevo trabajo puede suponer un reinicio emocional significativo, y la curva de aprendizaje práctica suele ser pronunciada. No se trata de un solo desafío, sino de muchos a la vez.
¿Qué hace que las primeras semanas sean tan abrumadoras?
1. Nuevas personas y políticas
Comprender quién es responsable de qué, quién tiene influencia y a quién acudir en busca de ayuda puede parecer como resolver un rompecabezas sin definir claramente. Es necesario observar, hacer preguntas y escuchar atentamente.
2. Nuevos procesos
Cada empresa tiene su propia forma de hacer las cosas. Ya sea que se trate de registrar gastos, programar reuniones o abordar problemas, los sistemas y flujos de trabajo pueden resultar desconocidos. Incluso las tareas más sencillas pueden llevar más tiempo del esperado.
3. Nuevas herramientas
Las diferentes aplicaciones, plataformas o sistemas de informes pueden ralentizarte. Hasta que no desarrolles memoria muscular, es fácil sentir que siempre estás poniéndote al día.
4. Una nueva cultura
¿Es aceptable ser directo en este entorno? ¿Deberías responder a los mensajes de TEAMS inmediatamente? ¿Los códigos de vestimenta son formales o informales? Cada empresa tiene su propia cultura, y comprender completamente su dinámica lleva tiempo.
5. Expectativas poco claras
A veces, tu nuevo jefe puede no tener un plan claro para tu puesto, o podrías enfrentarte a una situación que aún está evolucionando. Esta incertidumbre puede añadir presión y dificultar la confianza en tus decisiones diarias.
Como resultado, muchos profesionales comienzan a dudar de sí mismos al principio de un nuevo puesto, incluso si tuvieron éxito en sus puestos anteriores. Esta inseguridad puede llevar a cuestionamientos, a pensar demasiado y a la ansiedad por el rendimiento.
Cómo prepararse para el éxito en un nuevo trabajo
Buenas noticias: puedes tomar el control de tu transición. Ya seas analista, líder de equipo, nuevo gerente o estés asumiendo tu primer puesto corporativo, estas estrategias te ayudarán a sentirte con los pies en la tierra, seguro y eficaz en tus primeras semanas.
1. Sé paciente contigo mismo.
No lo sabrás todo el primer día, ni siquiera el día 30. No esperes empezar a toda velocidad. Más bien, date permiso para ir aumentando el ritmo gradualmente. No necesitas demostrar tu valía en la primera semana. Necesitas aprender lo que importará a largo plazo.
2. Haz preguntas inteligentes desde el principio
No dudes en hacer preguntas. Aclara tus expectativas con tu gerente y pregunta a tus colegas cómo funcionan las cosas. La gente suele estar dispuesta a ayudar, especialmente si demuestras humildad y curiosidad.
3. Construye relaciones intencionalmente
Si es posible, organiza reuniones individuales breves e informales con tus compañeros de equipo y otros colegas relevantes. Aprovecha estas conversaciones para conocerlos y comprender sus estilos de trabajo. La confianza se construye con una conversación a la vez. Esto podría ser un desafío si trabajas de forma remota.
4. Crea un plan de aprendizaje personal
Identifica los aspectos clave que necesitas comprender sobre tu puesto, equipo y empresa, y abórdalos en bloques manejables. Este enfoque te ayudará a mantenerte concentrado y a reducir la sensación de agobio.
5. Encuentra una victoria rápida
Identifica un proyecto pequeño pero visible que puedas completar con éxito. Esto te ayudará a fortalecer tu confianza y le dará a tu nuevo equipo una idea de tus fortalezas.
6. Trabaja con un coach o mentor
Si la transición te resulta especialmente difícil, considera trabajar con un coach ejecutivo o de carrera. Pueden ayudarte a superar obstáculos, gestionar el síndrome del impostor y encontrar tu voz de liderazgo en un nuevo entorno. Contar con alguien que te apoye puede marcar una gran diferencia.
No estás empezando de cero, estás avanzando.
Cambiar de trabajo, incluso cuando es la decisión correcta, puede ser difícil. Estás dejando atrás la familiaridad, el impulso y la comodidad. Pero recuerda: no estás retrocediendo; estás creciendo, evolucionando y expandiendo tu narrativa.
Los primeros días en un nuevo trabajo son intencionalmente incómodos, pero es en esta incomodidad donde se cultiva la confianza.
Así que respira hondo, sé amable contigo mismo y recuerda: tu credibilidad no está perdida; solo está esperando a que la ganes de nuevo, paso a paso, con cada reunión, tarea y momento en el que te involucres plenamente.
Bienvenido a tu próximo capítulo.
Alexander Martinez