Los inversores agresivos y decididos suelen ganarse el título de «tiburones» en negocios. Inspirado en el popular programa de televisión, este término captura su capacidad para detectar oportunidades y actuar con rapidez, lo que los posiciona en la cúspide del mercado. Por lo general, estos individuos exhiben un perfil DISC que se inclina fuertemente hacia Dominante (D) e Influente (I), marcado por la confianza en sí mismos, predisposición a desafíos y toma de decisiones impulsada por instinto.
Sin embargo, no todas las figuras empresariales exitosas encajan en este molde. ¿Qué pasa con aquellos con estilos DISC «Estático» (S) y «Cumplidor» (C)? Lejos de ser meros seguidores, las personas con estos perfiles destacan en roles que requieren paciencia, análisis meticuloso y un enfoque menos conflictivo. Puede que no compartan la rápida decisión del tiburón, pero sus métodos a menudo conducen a un éxito sustancial.
Me gusta llamar a estos individuos «atunes» en honor a otro formidable depredador de los mares. A diferencia de sus homólogos tiburones, los atunes prosperan gracias a la paciencia y la previsión estratégica, dominando sus entornos mediante una planificación cuidadosa y la evitación de conflictos. Este grupo a menudo incluye técnicos y científicos cuyo éxito no proviene de una acción impulsiva sino de un conocimiento profundo y un análisis reflexivo.
La influencia de los medios de comunicación podría llevarnos a creer que las tácticas agresivas del tiburón son superiores. Sin embargo, muchos de los líderes empresariales más renombrados son atunes. Estos profesionales mantienen un perfil bajo, pero su perspicacia estratégica dice mucho sobre sus capacidades.
Aplicación práctica en coaching
En mis sesiones de coaching con profesionales técnicos, a menudo me encuentro con clientes que sobresalen en sus dominios técnicos pero que tienen dificultades en roles gerenciales. Al desafiarlos a pensar tanto como tiburón como atún, los aliento a explorar diversas estrategias que se extienden más allá de sus zonas de confort. Por ejemplo, mientras que un ‘atún’ típico podría prepararse para una reunión de junta directiva investigando a fondo proyectos anteriores, les insto a considerar un enfoque de ‘tiburón’, que podría ser el aprovechar su red para mejorar su presentación sin empantanarse en detalles.
Este método de pensamiento amplía su conjunto de herramientas para la resolución de problemas y mejora su adaptabilidad, permitiéndoles reconocer y aprovechar oportunidades que de otro modo pasarían por alto.
Explorando nuevas perspectivas
Si esta dicotomía entre tiburones y atunes resuena en usted, o si tiene curiosidad sobre qué tipo de personalidad empresarial se alinea con la suya, el coaching ejecutivo podría brindarle la información que desea. Le invito a programar una sesión y descubrir nuevas estrategias para elevar su enfoque empresarial.
Alexander Martinez
