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Manejando cambios y transiciones

Uno de los temas más recurrentes que se presentan en coaching es el manejo de cambios y transiciones. Seguro que todos conocemos esa frase que dice que lo único constante en la vida es el cambio, y por supuesto es muy cierto. El asunto es que por más que tengamos esto claro, no significa que lo hayamos aceptado y que por ende no tengamos que pasar por un periodo de aceptación.

Dependiendo del tipo de estilo DISC que tengamos (si no sabes lo que es DISC puedes leer uno de los tantos artículos en esta web sobre el tema), los cambios y transiciones nos pueden afectar más o menos. Una persona con estilo dominante o influyente puede asimilar mejor un cambio o transición e incluso disfrutar de ellos, pues siente que este le da cierta chispa a la vida. Por otro lado, personas con personalidades estáticas o cumplidoras, sufrirán mucho y de seguro darán batalla antes de romper su rutina o situación anterior.

En este artículo no me referiré al cambio de un hábito o, mejor dicho, cambios internos (otro tema muy recurrente en coaching), sino a los cambios que ocurren en nuestro ambiente, o también llamados, cambios externos. Los cambios generan resistencia, pues nos pueden hacer sentir vulnerables, pueden traer a la luz muchas cosas de las cuales no somos conscientes u obligarnos a enfrentar miedos o retos que hasta el momento no habíamos tenido que vivir.

Hablaré desde mi punto de vista, como una persona con personalidad Cumplidora. Me gusta tener control sobre las cosas que hago, perfeccionar una rutina de forma que sienta que soy lo más eficiente posible e irme a dormir con la sensación que logre ciertas cosas cada día. Cuando ocurre un cambio, lo primero que siento es un fastidio o incomodidad por no seguir un lineamiento que tenía ya establecido, un rechazo a la situación (seguido de crítica) que ni siquiera es justificado, pues probablemente a la larga tenga un efecto positivo. La manera en la cual puedo quitarme esta sensación es re-enmarcando lo que ocurre y buscado centrarme en el objetivo final. Necesito sentir que vuelvo a tener control de la situación, a pesar de que algo haya cambiado.

Naturalmente, mi gol es llegar a poder controlar este proceso o manejarlo de forma diferente. Por ende, trabajo mucho para lograr aceptar la situación lo antes posible y así disminuir así la incomodidad que mencioné en el párrafo anterior. John Kotter, un experto en el tema remarca la necesidad de instaurar el sentido de urgencia, de forma que se vea las falencias de la situación anterior y aceptar necesidad del cambio.

Cambios vs Transiciones

Hay que diferenciar claramente entre un cambio y una transición. Un cambio es algo que ocurre repentinamente y cuyo efecto es inmediato. Te obliga tomar decisiones o posiciones rápidamente a fin de adaptarte. Una transición, por otro lado, es un proceso que puede ser bastante largo y que puede incluso marcar tu vida. Una persona normal pasa por muchos cambios en su vida, pero solo por un limitado número de transiciones.

Según William Bridges, una transición consta de tres etapas: el fin, una zona de transición (neutral) y un nuevo comienzo.  La etapa más difícil siempre será la primera (el fin), pues es un duelo, se necesita dejar ir el pasado para poder así empezar un nuevo futuro. Hay que identificar que nos gustaba más de nuestra situación anterior, identificar qué se necesita para cerrar la etapa e incluso ver la formas de ponernos un límite de tiempo para superarlo. Sin embargo, no debería haber prisa, lo importante es estar listo.

Una vez que nos sintamos listos podemos pasar a la etapa de transición, en la cual empezaremos a ver la situación anterior con otros ojos. Podemos analizar lo que hacíamos o lo sentíamos antes desapegarnos, dejar de identificarnos con ello, y finalmente incluso empezar a ver las falencias que había y perder así la motivación por continuar ese camino.

Solo luego de haber pasado por todo esto y haber aceptado la situación, podremos pasar a un nuevo comienzo. Empezaremos a ver las cosas positivas de la nueva situación y volveremos a sentirnos motivados o inspirados.

Idea final

Como se pueden imaginar, algunas personas pueden atravesar esta jungla de emociones con más facilidad que otras, y dependiendo del tipo de transición (laboral, sentimental, familiar, etc.) la etapa de fin y transición será más prolongada.

Hay que buscar herramientas que nos ayuden, el coaching es sin lugar a dudas una manera de facilitar un proceso de transición. Existen una serie de frameworks que pueden ayudarnos a visualizar la situación en la que estamos y movernos hacia una nueva etapa. Si estás interesado en coaching para manejar cambios y transiciones, no dudes en enviarme un mail vía la página web o agendar una reunión.

Alexander Martinez

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